El Gobierno aprueba la ley del aborto más restrictiva de la democracia. El País.
La
nueva normativa se llamará Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los
Derechos de la Mujer Embarazada, por ese orden. Esta ley, provoca un retroceso de 30 años, las
mujeres solo podrán abortar en caso de violación o en caso de grave peligro
para la vida o la salud física o psíquica de la madre, pero en este último, la
mujer tendrá infinitas trabas para demostrar que realmente afecta a su salud. Aun
así las asociaciones provida, y la Iglesia Católica no están contentas con la
nueva ley, pues creen que el gobierno no debería permitir el segundo supuesto
de grave peligro para la salud psíquica de la madre ya que les parece un “coladero”. La
malformación fetal no será motivo de aborto, aunque sea incompatible con la
vida, es decir, que el feto tenga un
grave problema de salud que le vaya a producir la muerte nada más nacer no será
un motivo legal para abortar. El aborto será un delito sin castigo para la
mujer, ya que según Gallardón la mujer es una víctima.
Mi opinión respecto
a la nueva ley del aborto es clara, me gustaría seguir manteniendo la ley que aprobó
el gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero que nos colocó junto a la mayoría de países
de la Unión Europea. En ella la mujer puede decidir sobre su cuerpo y su
maternidad, y nadie le impone lo que tiene que hacer.
La nueva ley de Gallardón,
apoyada por los sectores más conservadores de la iglesia católica realmente me
ofende, esta ley tiene un carácter machista que pensaba que ya se había superado
en España. No permite nuestra libertad de decidir si queremos ser madres o no, ni
siquiera decidir sobre nuestro propio cuerpo. La iglesia católica no se caracteriza
precisamente por defender la igualdad de género pero vivimos en un país donde
se supone que no tiene poder para intervenir en las leyes que se implantan,
aunque esto en la práctica no es así, lo podemos ver no solo con la ley del
aborto sino también con la nueva ley de educación.
No entiendo como
el señor ministro puede obligarnos a tener un hijo con malformaciones y decir
que tienen derecho a vivir dignamente, cuando el gobierno está recortando y
denegando las ayudas a la dependencia. También
me siento profundamente ofendida porque la ley no castiga lo que ellos
consideran un delito de la mujer, ya que
para Gallardón la mujer siempre es una víctima del aborto. Como muchas
asociaciones feministas han dicho, este argumento es absolutamente
paternalista, Gallardón sitúa a la mujer como si no supiera pensar por sí
misma, como si no fuera consciente de la decisión que está tomando.
Esta ley no solo
me ofende por su concepción machista, sino también por su concepción neoliberal.
Perjudicará gravemente la dignidad de las mujeres de todas las clases sociales,
pero a quien realmente afectará es a las
mujeres de clase trabajadora ya que las burguesas podrán pagar una clínica privada
en cualquier otro país y abortar sin riesgo, mientras que el resto tendrán que
abortar en condiciones infrahumanas con grave peligro para su salud y su vida.
Aborto libre,
mujeres libres.