jueves, 6 de febrero de 2014

El Gobierno aprueba la ley del aborto más restrictiva de la democracia. El País.
La nueva normativa se llamará Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, por ese orden. Esta ley, provoca un retroceso de 30 años, las mujeres solo podrán abortar en caso de violación o en caso de grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la madre, pero en este último, la mujer tendrá infinitas trabas para demostrar que realmente afecta a su salud. Aun así las asociaciones provida, y la Iglesia Católica no están contentas con la nueva ley, pues creen que el gobierno no debería permitir el segundo supuesto de grave peligro para la salud psíquica  de la madre ya que les parece un “coladero”. La malformación fetal no será motivo de aborto, aunque sea incompatible con la vida, es decir, que el feto  tenga un grave problema de salud que le vaya a producir la muerte nada más nacer no será un motivo legal para abortar. El aborto será un delito sin castigo para la mujer, ya que según Gallardón la mujer es una víctima.
Mi opinión respecto a la nueva ley del aborto es clara, me gustaría seguir manteniendo la ley que aprobó el gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero que nos colocó junto a la mayoría de países de la Unión Europea. En ella la mujer puede decidir sobre su cuerpo y su maternidad, y nadie le impone lo que tiene que hacer.
La nueva ley de Gallardón, apoyada por los sectores más conservadores de la iglesia católica realmente me ofende, esta ley tiene un carácter machista que pensaba que ya se había superado en España. No permite nuestra  libertad  de decidir si queremos ser madres o no, ni siquiera decidir sobre nuestro propio cuerpo.  La iglesia católica no se caracteriza precisamente por defender la igualdad de género pero vivimos en un país donde se supone que no tiene poder para intervenir en las leyes que se implantan, aunque esto en la práctica no es así, lo podemos ver no solo con la ley del aborto sino también con la nueva ley de educación.
No entiendo como el señor ministro puede obligarnos a tener un hijo con malformaciones y decir que tienen derecho a vivir dignamente, cuando el gobierno está recortando y denegando las ayudas a la dependencia.  También me siento profundamente ofendida porque la ley no castiga lo que ellos consideran un delito de la mujer,  ya que para Gallardón la mujer siempre es una víctima del aborto. Como muchas asociaciones feministas han dicho, este argumento es absolutamente paternalista, Gallardón sitúa a la mujer como si no supiera pensar por sí misma, como si no fuera consciente de la decisión que está tomando.
Esta ley no solo me ofende por su concepción machista, sino también por su concepción neoliberal. Perjudicará gravemente la dignidad de las mujeres de todas las clases sociales, pero a quien realmente afectará  es a las mujeres de clase trabajadora ya que las burguesas podrán pagar una clínica privada en cualquier otro país y abortar sin riesgo, mientras que el resto tendrán que abortar en condiciones infrahumanas con grave peligro para su salud y su vida.

Aborto libre, mujeres libres.






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