lunes, 27 de abril de 2015

Seguimos esperando.

                                                                                  
Marx describe un sueño, el sueño de una sociedad para mí utópica, pero ¿es ésta posible? ¿es, si quiera, deseable más allá de los sueños?
Marx, con su obra, nos ha ayudado a entender las grandes injusticias de nuestra sociedad capitalista. Consiguió concienciar a los trabajadores, consiguió que se organizaran y lucharan. Con esta lucha del movimiento obrero que en parte le debemos a él, hemos logrado alcanzar un nivel de vida que nuestros antepasados ni siquiera se imaginaban. Así es que las condiciones infrahumanas que sufrían los obreros del siglo XIX han ido mejorando hasta alcanzar la situación que disfrutamos ahora, aunque todavía quede mucho por lo que luchar.
Marx lo que defiende por encima de todo es la llegada inexorable del comunismo y esta llegada no solo la obstaculizan los reaccionarios, los capitalistas, sino también cualquier intento de mejora de las condiciones de vida del proletariado en tanto que estas frenarían la rebelión, la explosión de la lucha de clases.
Ahora yo me pregunto, ¿es mejor la llegada del comunismo o lo que ha ido sucediendo hasta ahora, es decir, ir mejorando las condiciones de los trabajadores pero dentro del sistema capitalista?. Para mí el comunismo es deseable, una sociedad como la que preconiza Marx, una sociedad justa, sin clases sociales, sin propiedad privada, no como la sociedad del siglo XIX  y la que todavía tenemos ahora, un mundo de opresores y oprimidos.
A pesar que para mí el comunismo es deseable, entiendo que este sistema no es posible en algunos aspectos, por ejemplo, no incentiva la iniciativa laboral de los trabajadores y, por tanto, a continuación me pregunto ¿es posible el comunismo?. Los ejemplos que hemos tenido a lo largo de la historia han fracasado. El maoísmo, la URSS, la RDA... En estos países había ventajas que los países capitalistas no podían ofrecer. Todo el mundo tenía acceso a la sanidad, a la educación, tenía aseguradas unas condiciones de vida que le permitieran vivir con dignidad. Sin embargo hay dos aspectos que quiero criticar de estos sistemas: La falta de incentivos y la falta de libertades. Estos problemas que no supieron resolver suscitaron su fracaso. Aún así, no comparto que el Comunismo real sea el que se alcanzó en estos países, para mí el comunismo nunca ha existido y no es ningún modelo de los que hayamos podido desarrollar en la historia. Tampoco es justificable criticar la teoría de Marx diciendo que el comunismo es un fracaso porque ejemplos concretos de la historia hayan fracasado, puesto que creo que una teoría no se cuestiona por la dificultad de su puesta en práctica.
No sé si el comunismo es posible porque  tengo dudas acerca de la naturaleza del hombre y no sé si estaremos capacitados para vivir en este sistema, por tanto prefiero mejorar el sistema que tenemos. Este sistema capitalista es profundamente injusto, de la misma forma que el mundo de Marx, vivimos en una sociedad de opresores y oprimidos. Es necesaria una renta básica ya que asegura unas condiciones de vida a toda la población pero permite que las personas puedan buscar incentivos económicos más allá de esa renta.  Asegurar una sanidad y una educación universal, acabar con la discriminación que sufren los inmigrantes, eliminar las fronteras. Para hacer nuestro sistema más justo hay que limitar la riqueza y quizás tendríamos que renunciar a parte de nuestro nivel de vida. Necesitamos un sistema en el que haya libertad, igualdad, y donde el poder resida de verdad en el pueblo.

Tantas y tantas cosas que están en nuestras manos cambiar para hacer de éste un mundo mejor, antes de la llegada comunismo...inexorable o no.  

miércoles, 11 de marzo de 2015

Existir es Pensar

Yo soy lo que yo pienso. Según Descartes la demostración de que existimos es que pensamos, "Cogito ergo sum". Siguiendo a este autor, me gustaría analizar si nuestra vida es pensamiento, razón: ¿podemos guiar nuestra vida por la razón o sería más conveniente guiarla por los impulsos?
Podemos dejarnos llevar por el deseo inmediato, por el placer. Pensar solo en el ahora, en el presente, no tener en cuenta el futuro. Podemos vivir sin reflexionar, sin dudar, sin pensar. Sin embargo, también podemos hacer lo contrario, guiarnos por la razón, pensar para existir. Decidir qué queremos hacer, diseñar nuestra propia vida y no dejar que nos la diseñen.
Creo que en lo que consiste la vida es en reflexionar, en decidir, en dirigir la vida que queremos, alcanzar nuestros sueños. Razón, pensamiento. Nuestra vida tiene que tener un para qué. Existir pensando no significa renunciar a los placeres de la vida, incluso la búsqueda del sentido de tu vida. Encontrarlo, decidir y cumplir lo que tú deseas puede ser un gran placer.
Guiarnos por nuestros impulsos, nos arrastra a lo que hacen todos, a no ser únicos, a la ignorancia. Si no pensamos perdemos nuestro pensamiento crítico, no existiríamos como individuo sino como masa. No creo que existir sea dejarnos llevar solo por el placer, vivir como animales, existir es hacer tú vida. Si tú vida no tiene un sentido que tú hayas decidido, de qué sirve existir. Hasta hace pocos años, por ejemplo, las mujeres, que tenían como rutina casarse, tener hijos... Las mujeres que no podían estudiar, no podían pensar, decidir. ¿Es esto existir?
El pensar, existir, guiarnos por la razón, es también una responsabilidad. El ejemplo más cercano que veo en este momento es el de mis compañeros, y el resto de jóvenes. Estamos buscando nuestro sueño, decidiendo qué queremos hacer con nuestra vida, estamos pensando y existiendo. Podríamos muchas veces guiarnos por el placer y los deseos, en lugar de estudiar para los exámenes finales, podríamos salir de fiesta pero decidimos no hacerlo. Sabemos que lo que de verdad queremos es aprobar para así lograr nuestros objetivos, y diseñar nuestra vida.
Pensar y existir como individuos que deciden que reflexionan aparte de ser una opción también creo que debe ser una obligación sociopolítica. Como sociedad si no pensamos nos convertimos en una masa ignorante, manipulable, y esto lo más lógico es que derive en una sociedad injusta, porque siempre habrá gente que decida por nosotros y pensando sólo en su bienestar. En este caso de qué serviría existir, si dejáramos que se cometieran enormes injusticias sin hacer nada, como muchas veces ha pasado a lo largo de la historia y está pasando, ¿Existimos de verdad si dejamos que decidan por nosotros?



Pienso luego vivo, pienso luego resisto, pienso luego decido, pienso luego protesto, pienso luego lucho...pienso luego existo. Sum ergo cogito.

jueves, 8 de enero de 2015

¿Idiotas o idiotizados?

Últimamente están cambiando cosas, estamos viendo partes de la realidad que se están modificando. Vemos como protestando si podemos lograr mejorar nuestra sociedad: la marea blanca en Madrid que ha paralizado la privatización de los hospitales, la paralización de la ley del aborto, concienciar a la población sobre el problema de los desahucios... Aún así la gran parte de la sociedad continúa en silencio. ¿Es que somos idiotas?
Este silencio se debe por una parte a la desidia, pero también a otros factores externos. Un factor que provoca el silencio es el miedo que, con leyes como las que se están aprobando, leyes como la ley mordaza, se fomenta que la población permanezca callada.
En la Antigua Grecia, la Grecia Clásica,  tiene origen el termino idiotez, del que deriva el concepto "idiota" en castellano. Idiota se relacionaba con todo aquel que se entregaba a la vida privada abandonando la participación en la vida pública, en la política.
Me parece que el gobierno actual está intentando expulsar a los ciudadanos de la vida pública, negarles su participación, está intentando que seamos idiotas. Por una parte negando referéndums o aprobando leyes más represivas incluso que las de los últimos años de la dictadura franquista. La ley de seguridad ciudadana, mejor denominada ley mordaza, va a lograr que los desahucios, que todos los días se llevan a cabo por parte de los bancos que echan de sus casas a familias arruinadas por culpa de la crisis, ya no sean noticia. No serán noticia porque ya nadie se atreverá a ir a pararlos por miedo a que le impongan una  multa millonaria. Tampoco está permitido hacer manifestaciones no comunicadas, aunque estas sean pacíficas, están duramente castigadas. A su vez, hay que tener cuidado con las pancartas de las manifestaciones legales porque si no les gustan a los gobernantes pueden aplicar la llamada ley mordaza. Los abusos policiales ya no pueden ser gravados para denunciarlos por lo que se podrán cometer con total impunidad. Hay numerosos ejemplos de palizas por parte de la policía a ciudadanos en plena calle, pero ahora grabarlas conllevara a enfrentarse a multas de hasta 30.000 euros.
Que se aprueben estás leyes también es culpa nuestra,  nosotros le hemos otorgado en las pasadas elecciones poder absoluto al gobierno y esto es lo ocurre. También con nuestra pasividad hemos fomentado está situación, es decir preferimos quedarnos en casa viendo la televisión o estando con el móvil. Nosotros hemos elegido ser idiotas. No entiendo como nuestra sociedad, con algunas excepciones puede permitir lo que está sucediendo. A no ser que esté de acuerdo con la pérdida de derechos adquiridos y reflejados en nuestra Constitución o con la represión y la persecución ideológica.


miércoles, 7 de enero de 2015

La virtud está en los extremos

Todos los humanos, desde que nacemos perseguimos una cosa, la felicidad. Todos queremos ser felices, aunque haya diferentes opiniones acerca de cómo alcanzarla. Unos asocian la felicidad con el dinero, otros con los honores, otros con los placeres... Aristóteles cree que la felicidad no se puede alcanzar de ninguna de estas maneras, para él estos son factores que no dependen de nosotros, el dinero es algo efímero que podemos ver como aparece y como desaparece con facilidad. Los honores, son algo que depende de la gente de nuestro alrededor pero no de nosotros mismos. El placer para Aristóteles es importante, pero cree que se asocia más con un alma irracional.
Para Aristóteles la felicidad no puede basarse en algo ajeno a nosotros sino que tiene que depender de uno mismo, y puesto que hay algo que nos diferencia, el alma racional, para ser felices hemos de ser virtuosos, es decir actuar correctamente, conforme a la razón. Es aquí donde Aristóteles defiende la teoría del justo medio. Para alcanzar la virtud debemos actuar prudentemente, es decir actuar conforme a un justo medio entre dos extremos viciosos. Para el filósofo actuar acorde a los extremos es algo negativo. Así lo bueno entre ser cobarde u osado, lo correcto, es el justo medio: ser valeroso. El justo medio no es la mitad aritmética, él defiende que en ocasiones esa "mitad" depende de uno mismo y de las circunstancias, por lo que el justo medio podría, admite él, "acercase" hacia uno de los extremos. Por ejemplo, en una casa que se está quemando lo correcto qué es: ¿salir huyendo para salvar tu vida, de forma cobarde, o arriesgar tu vida entrando en la casa e intentar auxiliar a personas atrapadas, incluso de forma osada?. Lo correcto para Aristóteles es el justo medio, es decir no salir huyendo sino intentar socorrer al resto sin poner totalmente en juego tu vida. Pero, ¿qué pasaría si el que estuviera atrapado es tu hijo? entonces lo correcto ya no es lo que en el ejemplo hemos llamado justo medio, sino acercarse más hacía el extremo de la osadía, e intentar salvarlo.
Con su teoría Aristóteles defiende que los extremos nunca son virtuosos, buenos, pero después del ejemplo anterior, quizá él podría estar de acuerdo con la tesis que expongo a continuación. Creo que puede haber ocasiones en que actuar conforme a los extremos, mal llamados viciosos, es actuar correctamente y conforme a la razón.
Defiendo que podemos ver actuaciones extremas pero que sean correctas, como se han dado en dictaduras, o en esta situación actual tremendamente injusta dominada por los poderes económicos. Nosotros, en estos últimos años hemos visto actuaciones extremas, muy criticadas, pero ¿podría Aristóteles defenderlas?. Una situación que se me ocurre mencionar son los escraches. La PAH, tras la negativa de algunos políticos a aprobar la dación en pago, decidió presentarse en casa de estos para informarles acerca de las consecuencias que esto tendría para muchas personas. Es una situación extrema, que un grupo de gente vaya a casa de alguien y le pueda increpar, ¿es actuar correctamente? Desde el punto de vista clásico podría parecer que no es una actitud prudente. Desde esta perspectiva no estaríamos actuando según el justo medio, sino que nos situamos en un extremo. Pero luego puedes reflexionar y ver la situación tan completamente injusta que están viviendo las personas que hacen esto. Mientras los políticos niegan esta ley esas personas están siendo desahuciadas, sin ningún tipo de ayuda, sin ingresos para vivir, viendo que las peticiones que hacen al ejecutivo son ignoradas. Por ello deciden hacer los escraches. Desde esta perspectiva defiendo que esto es actuar prudentemente y de modo virtuoso. Porque no sólo luchan por ellos sino también por los derechos de todos nosotros.
Tendría decenas de ejemplos para proponerle a Aristóteles: quemar un banco que te ha vendido preferentes; interrumpir el Congreso desnudándose para defender el derecho a la libertad de la mujer; negarle la mano al Ministro de Educación cuando te entrega un premio a tu expediente; encerrarte en un hospital hasta que te den una medicación; ser piquete en una huelga...

Dime Aristóteles, ¿dónde está la virtud? ¿dónde la prudencia?